tendría que hundir
y arrancar la t
como letra
para que del
otro lado
salte la del te
odio
-la -te –de- la
no la-
pero nunca el
punto
pasa más allá
de lo que
promete el teclado.
es cambiar un
zumbido
e imaginar que
te sacudo
que te estampo
todos los pijamas
con dibujitos
que no ves,
que nunca ves.